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Parte de los pellets vertidos en Galicia tienen un 30% de aditivos potencialmente tóxicos para los humanos


Parte de los pellets vertidos en Galicia tienen un 30% de aditivos potencialmente tóxicos para los humanos

La Xunta defiende que los microplásticos del 'Toconao' son inocuos, pero la composición de una parte de ellos certifica su peligro y biólogos y ecologistas recomiendan usar guantes y mascarillas para recogerlos.


Las pequeñas bolitas blancas que llevan casi un mes llegando a las playas de Galicia podrían tener una toxicidad elevada y duradera para el medio marino y podrían afectar a la salud humana si se ingirieran o si entraran en contacto con la mucosa de los ojos.

Eso, según varios biólogos y expertos consultados por Público, desaconsejaría que las tareas de limpieza y recogida fueran realizadas sin la protección y los medios adecuados, como hasta ahora han venido haciendo muchos de los voluntarios que se han acercado a los arenales afectados por el vertido del buque Toconao.


El pasado 8 de diciembre, el barco, abanderado en Liberia, perdió varios contenedores, algunos de ellos cargados con pellets, mientras navegaba frente a las costas del norte de Portugal. Cinco días después, parte de esa carga empezó a llegar a la ría de Muros e Noia, y en jornadas posteriores, a las de Pontevedra, Arousa y A Coruña, y también a A Mariña lucense e incluso al litoral de Cantabria.


La Xunta, a través del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar), ha asegurado que se trata de un material "inerte" compuesto por plásticos sin aditivos y por lo tanto inocuos para la salud, según declaró a la Radio Galega la jefa de Documentación y Apoyo Científico de ese organismo, Gabi Ayensa.


Evidencias de la toxicidad del vertido

Sin embargo, los biólogos de varias asociaciones ecologistas y cofradías de pescadores advierten de que han hallado restos y pruebas que demuestran lo contrario.

Así, en varios de los sacos llegados a las playas aparecen referencias a sustancias cuyas fichas técnicas indican que las bolitas blancas contendrían hasta un 30% de estabilizadores UV, es decir aditivos destinados a reducir la degradación del plástico por la luz ultravioleta y que resultarían potencialmente tóxicos tanto para la salud humana como para el medio, además de la contaminación que de por sí representa para el mar cualquier polímero plástico.


En la ficha técnica que corresponde a la referencia de algunas de esas sacas de pellets del Toconao que han llegado a la costa gallega se describen riesgos para el ser humano relacionados con la "toxicidad oral", es decir por su ingesta, y "lesiones oculares graves/irritación ocular"; y para el medio marino, "toxicidad acuática aguda" y "toxicidad acuática crónica".


"El problema de los aditivos, además, es que en la mayoría de los casos se trata de patentes, por lo que las empresas propietarias no están obligadas a especificar su composición química exacta", alerta el biólogo Xaquín Rubido, portavoz de la Plataforma para la Defensa de la Ría de Arousa.


Guantes y mascarillas

Esa asociación ha organizado al voluntariado que participa desde hace semanas en la limpieza de las playas, al que recomienda acudir con guantes y mascarillas. Rubido cree que las tareas de recogida de los plásticos del Toconao no deberían ser llevadas a cabo por personas sin la protección adecuada y sin al menos un mínimo de información sobre el caso.


o mismo opina el también biólogo Antón Masa, portavoz de la Plataforma en Defensa de la Ría de Pontevedra, quien alerta de la existencia de dos tipos de peligro para las personas. Primero por la entrada de los tóxicos en la cadena alimentaria a través de los ejemplares de especies marinas que los ingieran o filtren y luego pasen al consumo humano; y segundo, por el contacto directo con ellos.


No lo sabemos, pero podría haber toxicidad incluso por inhalación si se trata de compuestos que se degradan por el calor o la luz solar", añade Antón Masa, quien lamenta también la escasa información sobre el vertido que ha proporcionado la Xunta de Galicia casi un mes después de que tuviera conocimiento del mismo.


También lamenta la escasez de información María Lago, alcaldesa de Muros, la primera localidad costera de Galicia en donde se detectó la llegada de cantidades masivas de pellets el pasado 13 de diciembre.


Escolares

"Tenemos peticiones de colegios para organizar jornadas escolares de limpieza, pero sin la certeza de que el material no es tóxico, no podemos arriesgarnos a organizar nada", asegura.

El hecho de que la Xunta haya garantizado a través de su portavoz en Intecmar que las bolitas blancas no representan un peligro, pero que las asociaciones ambientalistas aseguren que sí lo es, puede no ser contradictorio, según Ricardo Beiras, profesor de Ecoloxía e Bioloxía Marina de la Universidad de de Vigo.


"No me extrañaría que en el contenedor o los contenedores caídos al mar hubiera compuestos diferentes, porque a mí al menos me llegan referencias de dos distintos", explica Beiras. "Según el Intecmar, se trata de polietileno, pero el Parque Nacional das Illas Atlánticas nos indica que ellos han recogido muestras de tereftalato de polietileno", añade.


Según varias de las fuentes consultadas por Público para este artículo, existen noticias de envases llegados a la costa gallega procedentes del Toconao con indicaciones de haber sido fabricados en India, en Israel y en Polonia. La Fiscalía ha abierto una investigación a raíz del vertido para establecer si existen indicios de la comisión de un delito contra el medio ambiente.


"Contaminación física y química"

Para Ethel Eljarrat, directora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea) del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) "lo más importante es que esto no sólo implica contaminación física, sino que implica contaminación química". Los pellets, de por sí, contienen sustancias dañinas, pero a ello se agrega sus cualidades de absorción.


"Son una suerte de esponja que agrega contaminantes que ya están en el agua marina", dice la experta del CSIC. "Absorben contaminantes orgánicos que son persistentes y que permanecen un largo plazo en el medio. De esta forma, cuando la fauna marina los ingiere tiene el problema de acumularlos en el estómago, pero también de acumular sustancias que se van liberando y que actúan como disruptores endocrinos, es decir, que alteran el organismo".


El vertido no sigue un patrón de comportamiento en las aguas, a diferencia de otras sustancias que pueden tender a salir a flote o a quedarse en el fondo. Este tipo de plásticos se comporta en el mar de manera desigual, de modo que parte subirá a la superficie, otra parte llegue a las playas y otra quede lejos de la vista humana.

"Se degradan muy lentamente", añade Eljarrat. "Se van a ir fragmentando poco a poco por la radiación del sol y por el oleaje hasta convertirse en microplásticos, que son mucho más tóxicos ya que los animales los ingieren con mayor facilidad y penetran más rápido en las células".


Tóxicos en la cadena alimentaria

Los microplásticos son un grave problema por la entrada de tóxicos en la cadena alimentaria a través del pescado y también del marisco, especialmente de los organismos filtradores, como bivalvos -sobre todo mejillones- y también percebes.

Según otro biólogo de una cofradía de mariscadores del sur de Galicia que pide reservar su anonimato, en su pósito llevan años detectando cómo los grandes plásticos comunes, como botellas, bolsas y envases, se van degradando poco a poco y acaban afectando a las zonas donde se crían los percebes, que es a lo que se dedican sobre todo, y dan por constatado en la literatura científica que esos contaminantes pasan a través de ellos a la cadena alimentaria y al ser humano.


n el caso de las bolitas blancas del Toconao, el asunto se agrava porque, dado su tamaño -menos de cinco milímetros de diámetro- "la degradación ya tiene prácticamente el 90% del trabajo hecho", especifica el experto.

Asegura que el vertido probablemente no provocará mortandad en las especies comerciales que les interesan, pero sí un problema grave a medio y largo plazo. "La limpieza y la retirada es complicadísima y la volatilidad de las bolitas en el agua, enorme, por lo que un temporal puede trasladar en cuestión de horas a decenas de kilómetros", concluye.


La gestión del vertido por parte de la Xunta también ha provocado un temporal político en Galicia, que encara elecciones autonómicas en menos de seis semanas, y ha enfrentado al Ejecutivo de Alfonso Rueda con el Gobierno central de Pedro Sánchez.


Fuente: publico.es

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