Nadie está exento de tomar medidas para reducir el impacto medioambiental. El sector hotelero, especialmente, es uno de los más damnificados en términos de ahorro energético ya que el 60% de la huella de carbono de un hotel proviene del consumo energético.
Además, ahorrar energía no es sólo una conducta de responsabilidad ética que nos concierne a todos sino que juega un papel relevante en la reputación de la compañía, en este caso, de un hotel. De hecho, recientes estudios constatan que los clientes prefieren alojarse en un hotel que tenga un comportamiento sostenible y que se preocupe de minimizar el impacto sobre el medioambiente.
Asimismo, las instituciones europeas cada vez están siendo más estrictas a la hora de exigir a los países que cumplan con los estándares contra la contaminación atmosférica, y esto, unido a un gran público cada vez más concienciado sobre tales efectos, hacen que los hoteles deban buscar vías para mejorar su eficiencia energética.
Algunos cálculos estiman que, aplicando medidas de ahorro energético, un hotel podría reducir su factura energética hasta un 20%, ya que mayor parte del consumo de energía se destina en maquinaria (45%), climatización (25%), agua caliente (15%) e iluminación (15%). Para afrontar esta situación, existe la posibilidad de ahorrar dinero y aumentar la reputación del hotel a la vez. Desde Primagas, empresa suministradora de energía y filial española del holding SHV Energy líder mundial en distribución de gas licuado, recomiendan las siguientes acciones para optimizar el consumo de energía en un hotel.
Conciencia interna y externa: Se debe transmitir explícitamente tanto a los trabajadores de la empresa como a los huéspedes, la voluntad del hotel de fomentar hábitos que contribuyan al ahorro energético.
Optimizar recursos: Para ahorrar energía no se trata sólo de hacer grandes cambios en infraestructuras o en los sistemas de canalización, sino de aprovechar lo que tiene el hotel. Por ejemplo, es preferible reservar a los clientes habitaciones contiguas para compartir los recursos de calefacción o refrigeración, así como intentar que las habitaciones en plantas superiores o en las esquinas sean las últimas en ser reservadas, pues requieren un consumo de energía mayor que el resto.
Instalar equipos de bajo consumo: Si el hotel trabaja con equipamientos y electrodomésticos de gran consumo energético deberían valorar la posibilidad de renovarlos por aquellos que poseen la etiqueta energética de color verde. Si bien tienen un precio más elevado, su consumo es mucho menor y a largo plazo la inversión será rentable.
Utilizar gas en lugar de combustibles fósiles: El gas produce un gran poder calorífico y posee un nivel de emisiones bajo, frente a combustibles fósiles como el carbón o el petróleo. Los sistemas basados en gas proporcionan un suministro ininterrumpido que garantiza la estabilidad energética de tu hotel. Primagas dispone de soluciones energéticas eficientes de gas propano (GLP) y de gas natural licuado (GNL) compatibles con hoteles ubicados tanto en ciudades como en zonas rurales.
Monitorización de consumos: Los sistemas de control inteligente como la domótica, la inteligencia artificial y el internet de las cosas debe contribuir a minimizar el consumo energético.
Asilamiento eficiente: El edificio debe estar diseñado de tal forma que promueva el ahorro de energía. Si no dispone de estos sistemas es necesario realizar un mantenimiento periódico o reformarlos. Muros, ventanas, filtraciones, grietas y sistemas de ventilación pueden contribuir notablemente al ahorro energético.
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