La mejora de la eficiencia energética podría evitar millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero
Si se mejora la eficiencia energética de la industria de la refrigeración y los electrodomésticos como aires acondicionadores, se pueden cortar entre 210.000 y 460.000 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono en las próximas cuatro décadas, asegura un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Unos 3.600 millones de equipos de refrigeración están en uso actualmente, y la demanda aumenta a medida que las temperaturas suben por el calentamiento global. Si para el 2050 todos en el mundo tuvieran acceso a este servicio vital para preservar los alimentos y las vacunas, entre otros beneficios, se necesitarían hasta 14.000 equipos.
La refrigeración contribuye significativamente al cambio climático debido a las emisiones de hidrofluorocarbonos, dióxido de carbono y carbono negro provenientes de la energía generada a partir de combustibles fósiles que alimenta los aires acondicionados y otros electrodomésticos.
La Agencia Internacional de Energía estima que, por ejemplo, duplicar la eficiencia energética del aire acondicionado para 2050 reduciría unos 1300 giga watts de capacidad de generación eléctrica adicional para satisfacer la demanda máxima, lo que equivale a toda la energía generada por las centrales térmicas a base de carbón de China e India en el 2018.
Además, podría ahorrar hasta 2,9 billones de dólares para el 2050, sólo considerando la reducción de los costos de generación, transmisión y distribución de electricidad.
Los expertos explican que lograr una refrigeración más efectiva ahorraría al mundo unos ocho años de emisiones globales (al nivel del 2018) en los próximos 40 años.
“Las naciones deben reducir considerablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero para estar en condiciones de limitar a 1,5°C el aumento de la temperatura mundial en este siglo. Esto es crítico para minimizar los desastrosos impactos del cambio climático”, recuerda la directora de la agencia para el medio ambiente de la ONU, Inger Andersen.
Andersen asegura que a medida que las naciones invierten en la recuperación del COVID-19, tienen la oportunidad de utilizar sus recursos de forma estratégica para reducir el cambio climático, proteger la naturaleza y reducir los riesgos de nuevas pandemias.
“Una refrigeración eficiente y respetuosa con el clima puede ayudar a lograr todos estos objetivos”, declaró Inger Andersen, dijo.
La naturaleza esencial de los servicios de enfriamiento se ve subrayada por la pandemia de COVID-19, ya que las vacunas, sensibles a la temperatura, requerirán un rápido despliegue en todo el mundo. Además, las medidas de confinamiento obligan a las personas a permanecer en sus casas durante largos períodos de tiempo lo que puede convertirse en un problema de salud en muchos países cálidos.
“A medida que los gobiernos despliegan paquetes de estímulo económico masivo para hacer frente a las repercusiones económicas y sociales de la crisis de COVID-19, tienen una oportunidad única de acelerar los progresos en materia de enfriamiento eficiente y respetuoso con el clima. Al mejorar la eficiencia del enfriamiento, pueden asimismo reducir la necesidad de nuevas centrales eléctricas, disminuir las emisiones y ahorrar dinero a los consumidores. Este nuevo informe ofrece a los responsables políticos información valiosa para apoyarlos a abordar el desafío del enfriamiento global“, explica el director de la Agencia de Energía, Fatih Birol.
Las medidas de eficiencia energética además aportarían otros beneficios, como una mejor calidad del aire y una reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, asegura el estudio.
Fuente: www.informaria.com
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