Los profesores Bo Adamson, de la Universidad sueca de Lund, y Wolfgang Feist, del Instituto alemán de Edificación y Medioambiente, observando a finales de los años 80 el continuo crecimiento y encarecimiento de la demanda energética en los edificios, desarrollaron el estándar Passivhaus (que en alemán significa “casa pasiva”). El principal objetivo Passivhaus es reducir al mínimo posible el consumo de energía del edificio, sin renunciar a un elevado grado de confort térmico y de calidad del aire interior, y hacerlo económicamente asequible, contribuyendo a la construcción de edificios respetuosos con el medioambiente, además de saludables, confortables y sostenibles.
Se estima, y así se ha verificado en las más de 60.000 edificaciones Passivhaus que se han construido, que el consumo energético se reduce del orden del 60 al 70%, respecto al consumo de un edificio nuevo de ejecución estándar, dependiendo de la zona climática y de la legislación constructiva específica de cada país.
Requisitos de las casas pasivas marcados por el estándar Passivhaus
El estándar Passivhaus (casas pasivas) define los siguientes requisitos:
Cumplimiento de requisitos de las casas pasivas: principios básicos de construcción pasiva
El cumplimiento de estos requisitos se logra con la aplicación de los siguientes principios básicos de construcción pasiva:
– Excelente aislamiento de la envolvente que, junto con una forma adecuada del edificio, reduce la superficie en contacto con el exterior para disminuir las pérdidas de energía.
– Ventanas con acristalamiento de máxima calidad, con los marcos integrados directamente en la capa aislante del edificio y una orientación correcta para aprovechar el calor del sol. Y en climas calurosos, la instalación, si es necesario, de protectores solares que impidan un sobrecalentamiento en verano.
– Un sistema de ventilación controlada que incorpore un recuperador de calor con un mínimo del 75% de eficiencia.
– Máxima estanqueidad del edificio respecto al exterior, que reduce las indeseadas infiltraciones y exfiltraciones de aire, causantes de pérdidas energéticas no deseadas y no controladas, además de las condensaciones, humedades y corrientes de aire que son fuente de incomodidades para los usuarios.
– Ausencia de puentes térmicos (interrupciones de la capa aislante), que perjudicarían la eficiencia energética de los elementos constructivos y aumentarían el riesgo de condensaciones intersticiales y moho superficial (síntoma habitual en las esquinas interiores de las viviendas convencionales en climas húmedos).
Se trata de una propuesta aplicable a cualquier tipología constructiva, en cualquier clima y zona geográfica, y a cualquier estilo de diseño arquitectónico, que no define el uso de un tipo de producto o material ni un método constructivo específico, sino la optimización de las técnicas existentes a través de medidas constructivas pasivas.
Las casas pasivas deben cumplir los requisitos marcados por el Passivhaus Institute, que comprenden desde la fase de diseño, mediante una herramienta de cálculo específica, hasta el control durante la ejecución mediante ensayos y documentación. Al finalizar la obra se obtiene el certificado de la vivienda, que garantiza el cumplimento de los objetivos del estándar Passivhaus.
Fuente www.solerpalau.com
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