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Covid en la escuela: así será la vuelta al cole con la variante Delta



Las mascarillas y el distanciamiento social no son suficientes para evitar el contagio, especialmente con la variante Delta. Las vacunas aún no están disponibles para los menores de 12 años.


Que la vuelta al cole en septiembre sea segura es una prioridad. La Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef y los gobiernos nacionales buscan organizar lo mejor posible el retorno a las clases de forma presencial. Sin embargo, la variante Delta, más contagiosa que las anteriores, y el hecho de que no haya vacunas para los más pequeños, genera muchas dudas sobre cómo será posible una vuelta a las aulas de forma segura.


La solución existe y pasa por llevar a cabo una serie de medidas que, adoptadas conjuntamente, podrán garantizar esta seguridad. Entre ellas: medidores de CO2, ventilación, micrófonos para los profesores o reconocimientos periódicos a estudiantes y personal docente. A estas pautas habría que añadir el uso de mascarillas y el distanciamiento social, útiles pero solo para mitigar la difusión del virus en distancias cortas.


Micrófonos para los profesores

Las principales medidas pasan por reducir la propagación del Sars-CoV-2 y favorecer la ventilación. Para el primero de los casos, está comprobado que la simple respiración al hablar en voz alta o cantar multiplica hasta por 1.000 las partículas de aerosoles que expulsamos. La variante Delta, además, es un 60% más contagiosa que la Alfa, siendo necesarias menos partículas para que se produzca el contagio. Por ello, se ha sugerido a los profesores que utilicen un micrófono para mantener el tono de voz alto sin tener que elevar la voz.


Medidores de CO2

Más complejo es el punto de la ventilación. Muy pocos edificios escolares están equipados con ventilación mecánica que, teniendo en cuenta la ingeniería (tamaño de la sala, número de personas presentes, actividad realizada), puedan reducir el riesgo en el aula con una renovación de aire adecuada. Una gran ayuda a la hora de conseguirlo puede provenir de los detectores de dióxido de carbono que monitorean constantemente la calidad del aire. En los últimos días, Bélgica ha impuesto los medidores de CO2 en lugares públicos para que la calidad del aire y el nivel de seguridad sean siempre visibles, centrando la atención en la ventilación.

Los sensores de CO2 funcionan como un semáforo, con luz verde, amarilla y roja en función de la concentración de dióxido de carbono que haya en el aire. En este sentido, el profesor podría intervenir abriendo las ventanas cuando sea necesario.


Purificadores de aire

En la misma línea, los purificadores de aire evitarían tener que abrir ventanas en invierno con la consiguiente incomodidad que esto genera además del gasto energético. Para reducir la apertura de ventanas, estarían los purificadores de aire con filtros HEPA, que sustituyen la ventilación natural.


Reconocimientos periódicos en la escuela

Por otra parte, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha recomendado que se lleven a cabo reconocimientos periódicos a estudiantes, profesores y el resto de personal de los centros educativos.

"En septiembre se podrán realizar controles con test en los ambientes donde la tasa de vacunación sea baja, como las escuelas", sugiere el virólogo Fabrizio Pregliasco. "Con los test de saliva, menos invasivos, será más fácil monitorear a los más pequeños, que serán los últimos en estar vacunados".


Un estudio canadiense publicado en PLOS Computational Biology y realizado cuando aún no había vacunas concluyó, entre otras cosas, que la mejor manera de prevenir brotes en la escuela es hacer pruebas periódicas a cualquier persona que asista a una institución educativa. En cambio, parece que poner en cuarentena a toda la clase cuando se identifica un caso positivo es una estrategia que funciona poco, porque es tarde. Los investigadores utilizaron un modelo matemático para simular cómo prevenir los brotes. "Descubrimos que tomar medidas después de que un estudiante haya desarrollado síntomas y haya dado positivo es una estrategia demasiado lenta. La evaluación de estudiantes sin síntomas funciona bastante bien en nuestro modelo y también podría aplicarse en lugares de trabajo o viviendas compartidas", señaló Paul Tupper, uno de los autores del estudio.


¿Cuándo llegarán las vacunas para niños?

Naturalmente, las vacunas forman parte de la estrategia para limitar los contagios. Sin embargo, actualmente solo se pueden vacunar los mayores de 12 años y hay una gran cantidad de estudiantes que no llegan a esta edad. ¿Cuándo llegarán las vacunas para los más pequeños? Pfizer ha anunciado que solicitará la autorización para el uso en caso de emergencia de su vacuna para los niños de entre 5 y 11 años el próximo otoño. Por su parte, Moderna ha señalado que los resultados de sus ensayos clínicos con niños estarán disponibles dentro de un año. Hace apenas un mes, la compañía solicitó la autorización estadounidense de su vacuna para las personas de entre 12 y 17 años.

Fuente. www.elmundo.es



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